Los retos de Colombia

06 March 2019

Pumarejo-noticias

El nuevo puente Pumarejo debía estar listo el 31 de diciembre y registra menos de un 80% de avance.

Uno de los sectores económicos responsables del significativo crecimiento de Colombia ha sido el sector de la construcción. Éste ha estado encargado por años, de generar una dinámica en la economía del país y, como toda obra de infraestructura, ha traído calidad de vida a la población.

Como en todo país, la industria de la construcción colombiana presenta ciclos de expansión y contracción y su desempeño está muy relacionado con factores como tasas de interés del mercado financiero, políticas de gobierno o disponibilidad de recursos.

A diferencia de otros sectores, la construcción ha mostrado un mayor endeudamiento, con base en el crecimiento que ha venido reflejando el país, lo que se traduce en mayores oportunidades de vivienda y en la puesta en marcha de grandes proyectos de infraestructura que benefician significativamente al país.

De hecho, según cifras de Procolombia, autoridad en exportaciones, turismo e inversiones en marca país, el mercado de la construcción en Colombia se ubica como el tercero en importancia para Latinoamérica.

ivan duque

El presidente de Colombia, Iván Duque, se ha propuesto finalizar las obras comenzadas por gobiernos anteriores.

A comienzos de 2018 la Asociación Nacional de Industrias Financieras estimaba para el ejercicio recién pasado un repunte del PIB de la construcción cercano al 5,3%, el cual se explicaría por aceleraciones en las obras civiles (+7.7% vs. +7.1% en 2017) y en la fuerte recuperación en las edificaciones (+2.1% vs. -10.4%).

La Cámara Colombiana de Infraestructura destaca el crecimiento que ha tenido en los últimos años la inversión en el sector, pero es objetiva al evidenciar que a Colombia todavía le falta más avances en esta materia.

Existen hoy algunos obstáculos que impiden que Colombia muestre su mejor perfil en lo que a infraestructura se refiere y casos como la falta de agilidad en la adjudicación de contratos, corrupción, una economía inestable, entre otros, dan cuenta del panorama actual del país y permite mostrar una radiografía de lo que ha sido a través de los años intentando mejorar exponencialmente con la realización de los nuevos proyectos.

Desarrollo del sector

El dinamismo con que venía creciendo el sector en Colombia, tuvo un peak en 2017 luego del cual, con miras a las elecciones presidenciales, hubo una mayor incertidumbre entre los inversionistas, lo que produjo su decrecimiento.

La incertidumbre política reflejada en los meses previos a las elecciones de mayo de 2018, hicieron que se impactaran los proyectos en marcha.

De hecho, según informaciones recientes, de acuerdo con la plataforma de gestión de infraestructura GPI, de las 94 obras que manejan las agencias gubernamentales de Colombia, el 41% de las obras tienen dificultades, lo que obligará a poner término a algunos contratos y a buscar financiamiento para otros.

Un caso importante es el del nuevo puente Pumarejo, que debía estar listo el 31 de diciembre y registra menos de un 80% de avance. En noviembre, el titular de Invías, Juan Esteban Gil, indicó que el Gobierno está trabajando para conseguir US$264 millones para concluir las obras.

Expectativas para 2019

A pesar de lo anterior, se espera que Colombia sea uno de los líderes de la región en materia de construcción, proyectando un crecimiento superior al 5% entre 2019 y 2022, según la vicepresidenta de exportaciones de Procolombia, Juliana Villegas Restrepo.

Además, la tasa de crecimiento del sector durante los últimos seis años ha sido del 13,2%, cifra representativamente alta. Los más optimistas piensan que el sector de la construcción será quien lidere la dinámica económica del país.

Para 2019 la expectativa está puesta en planes de construcción que permita a los consumidores acceder a la compra de vivienda. Sin embargo, es de vital importancia que las políticas estatales incentiven y brinden el apoyo a este crecimiento esperado, no solo en lo que a Vivienda de Interés Social (VIS) se refiere, los segmentos medio y alto también demandan especial atención.

metro bogota

El añorado sistema de metro de la capital colombiana podría requerir inversiones por sobre los US$4.000 millones.

La Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol) considera que el crecimiento del sector edificador estará entre 3,1% y 4,1% en 2019. El gremio prevé que habrá una recuperación gradual y tiene expectativas positivas para la economía.

En vivienda, el número de unidades de vivienda vendidas durante el año crecería 3,7%, con 175.600 unidades y una inversión por 35,2 billones. En el segmento VIS (viviendas de interés social) se venderían 102.200 unidades; en el segmento medio, 50.300 unidades, y en el alto, 23.100 unidades.

La economía de Colombia registrará en 2019 un crecimiento de 3,3%, según las previsiones de BBVA Research. Será el mayor incremento del Producto Interno Bruto del país desde 2014. Y la construcción hará su aporte en estos índices, liderando la dinámica económica alcanzando un crecimiento del 5,5%, dejando atrás los malos resultados de 2017 y 2018 (caídas del 2% y 3,8%, respectivamente).

Conclusión

El presidente Iván Duque ha dejado claro que, con la confianza recuperada en su entrante gobierno, los proyectos de infraestructura y la inversión en edificaciones darían un giro positivo, teniendo en cuenta que, este sector en particular es una de las prioridades del gobierno nacional, por lo menos, así lo ha hecho saber tras su posesión.

El Gobierno Nacional adelanta cuatro grandes proyectos de vivienda denominados, Mi Casa ya, Casa Ahorro, programa Casas Gratis y subsidios de crédito, mostrando así, el apoyo al sector.

Ahora bien, una vez en marcha su gestión presidencial y la de todo su gabinete, se espera que la prioridad sea el presupuesto de la VIS (Vivienda de Interés Social) y que además se apruebe presupuesto y se le dé continuidad a Mi Casa Ya; pues estos son los proyectos de gobierno que de alguna forma han ‘impulsado’ al sector.

Por el lado de la infraestructura, es claro que su propuesta apunta a incrementar la competitividad de los distintos sectores de la economía, lo que se traduce en la puesta en marcha de grandes obras y, sobre todo, dar término a las que ya vienen avanzando. El gran reto sin lugar a duda es terminar lo avanzado por el saliente gobierno de Juan Manuel Santos y dejar atrás los escándalos de corrupción que han ensuciado a importantes iniciativas.

Una de las tareas del gobierno de Duque será la continuación de los proyectos viales de Cuarta Generación (4G), los que también se han visto afectados por el escándalo de Odebrecht y porque pocos cuentan con el músculo financiero suficiente. Sin embargo, según datos entregados por la Agencia Nacional de Infraestructura, (ANI), se han adjudicado 30 proyectos que corresponden a vías 4G, 21 de ellos están en etapa de construcción y los otros 9 en pre-construcción.

Además, 26 cuentan con capacidad para financiar los proyectos y 15 de ellos han acudido a contratos de créditos, los que suman alrededor de 18 billones de pesos (cerca de US$5.730 millones).

Es decir que para la ANI estarían listos para el inicio de las obras.

El Banco Mundial ha calificado al programa 4G como el más ambicioso de los países emergentes en materia de infraestructura, ya que estas vías pretenden conectar centros productivos para que las economías se fortalezcan en sectores tan importantes como agro, turismo, transporte, logística e industria.

tunel de la línea

El Túnel de la Línea ya ha cumplido más de tres periodos presidenciales sin ver la luz.

Uno de los mega proyectos más esperados por los capitalinos (una espera que se ha extendido por más de 30 años) es sin lugar a dudas el Metro de Bogotá, cuya primera línea elevada está planificada para que empiece a funcionar en 2024.

Esta importante obra de infraestructura tendrá 24 kilómetros de largo, 16 estaciones y un viaducto de 13 metros sobre el suelo, y requerirá inversiones por unos US$4.300 millones. Está previsto que el contrato se adjudique durante este año.

Otras importantes obras que no podemos dejar de mencionar son el Túnel de la Línea y el de navegabilidad del río Magdalena.

El Túnel de la Línea ya ha cumplido más de tres periodos presidenciales; el presidente Iván Duque, fiel a su promesa de “terminar lo empezado”, ha dicho que su compromiso será entregar la obra en 2020.

No obstante, el pesimismo con que han recibido sus palabras deja ver la desesperanza tras años de promesas incumplidas.

La importancia de esta obra tiene que ver con la conexión que hará desde el interior del país con uno de los más importantes puertos del país, ubicado en el municipio de Buenaventura al occidente de Colombia.

Lamentablemente, entre las falencias encontradas tras los estudios de lo hecho hasta el momento están: fallas técnicas, insuficiencia en los recursos, obras inconclusas, incumplimiento de normas técnicas y serias deficiencias en los procesos constructivos.

El Túnel de la Línea a la fecha ha tenido un costo de más de 2.2 billones de pesos (unos US$700 millones) sin que los resultados se concreten, pero Duque ha dado una fecha y se espera que en esta ocasión la obra concluya de manera positiva.

Para el proyecto de navegabilidad del río Magdalena también se han presentado inconvenientes.

El proyecto estaba a cargo de la concesionaria Navelena, conformada en un 87% por Odebrecht. Ante el escándalo Navelena no pudo contar con el cierre financiero esperado y el contrato caducó.

El desarrollo de este proyecto es especialmente importante para Colombia, dado que la recuperación de la navegabilidad del río Magdalena incidirá directamente en 57 municipios de los departamentos de Cundinamarca, Caldas, Boyacá, Antioquia, Santander, Bolívar, Cesar, Magdalena y Atlántico, entre ellos los municipios de Cimitarra, Puerto Parra, Barrancabermeja y Puerto Wilches, en Santander.

Asimismo, si se recupera la navegabilidad del afluente se convertiría en uno de los principales medios de transporte, disminuiría costos para el sector productivo y contaminaría menos que las carreteras nacionales, entre muchas ventajas.

La inversión del proyecto será de 2.7 billones de pesos (unos US$860 millones) y se realizará mediante un contrato de Asociación Público Privada (APP), y su operación y mantenimiento estarán a cargo del sector privado mediante concesión. Según el nuevo gobierno, el proyecto debería estar reformulado dentro de los próximos meses.

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