Un ejercicio complejo

Finaliza un nuevo año, un ejercicio que tuvo momentos de dulce y de agraz, pero que en términos generales resultó más deprimido de lo que se esperaba. De hecho, el escenario actual es completamente distinto al que nos enfrentábamos en 2011, primer año de edición de Construcción Latinoamericana, cuando si bien el mundo seguía inmerso en la crisis financiera global, buena parte de la región lograba destacarse.

En estas mismas líneas el año pasado comentábamos las proyecciones económicas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que indicaban que la región terminaría con un crecimiento en torno al 3,2%. Ahora las últimas previsiones son aún más bajas e indican que el año cerrará por debajo del 2,9% registrado en 2012. Si bien estas tasas son superiores a la media de la OCDE, distan del ritmo que observamos en muchas economías asiáticas y se encuentra por debajo del potencial regional, así como del promedio del 4% registrado en la última década (2003-2012).

Sin duda el escenario ya no es el mismo y el entorno se presenta menos propicio, generando nuevos desafíos para la región. “La desaceleración de la demanda externa y reducción en el volumen comercial, la moderación en los precios de las materias primas que la región exporta, y la incertidumbre generada por un eventual endurecimiento de las condiciones financieras y monetarias globales, dificultan el contexto para que las economías latinoamericanas puedan crecer como en la década pasada”, resumió Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, durante el XXIII Cumbre Iberoamericana.

Un ejemplo de lo anterior es Brasil, país foco de la presente edición. La Unión Europea anunció un empeoramiento de las proyecciones para el crecimiento de la economía del gigante sudamericano en 2013, que lamentablemente se está cumpliendo. Según señala el Informe de Proyecciones de la Comisión Europea, el PIB brasileño podría expandirse apenas un 2,2%, por debajo del 3% anunciado hace unos meses.

Pero el crecimiento no lo es todo, los gobiernos de la región tienen que concentrar sus esfuerzos en la implementación de reformas estructurales que permitan elevar la productividad, complemento indispensable del desarrollo económico. Un dato relevante: los dos países latinoamericanos de la OCDE – México y Chile – tienen la productividad más baja entre los países miembros de la organización.

Pero aunque las proyecciones no sean las óptimas, hay que seguir trabajando y tratar de revertir las estimaciones. Les deseamos a todos un muy feliz 2014.