Asfalto innovación
14 June 2016
El problema más importante en las operaciones de asfaltado vial es mantener la temperatura del asfalto. Si la temperatura del asfalto disminuye entre la planta que lo produce y la compactación final sobre la vía, se altera toda su característica química, y pueden aparecer trizaduras en el pavimento final. Ahí suele entrar agua y, en poco tiempo, todo el trabajo se puede echar a perder.
Una empresa de Brasil está introduciendo una nueva solución en el país, tecnología que ya se extiende al resto de América Latina. Único Asfaltos desarrolló una forma para proveer asfalto envasado CBUQ tradicional (concreto bituminoso caliente) que puede ser aplicado en frío. Su promesa es que el asfalto puede aplicarse en la cantidad que se quiera, cuando se quiera y en cualquier condición, incluso bajo lluvia.
Los tradicionales inconvenientes quedarían fuera de la ecuación. No habría cantidad mínima para la operación porque Único Asfaltos vende su producto en bolsas de 25 kilogramos, o incluso a granel. Además, el tiempo entre la compra del asfalto y su aplicación dejaría de ser una preocupación, por su aplicación en frío.
Lo que podría sonar como poco realista, es en realidad pura química. Único Asfaltos retiene la patente de una fórmula de aditivo al asfalto, el que se mezcla al producto en la planta. Resultado: el asfalto tiene su proceso de cura retardado, siendo posible su aplicación en frío por hasta 24 meses después de su fabricación. La cura del asfalto de Único Asfaltos sólo se hace durante la compactación.
¿Milagro?
El aparente milagro de la construcción vial queda bien explicado por su creador, el dueño de Único Asfaltos, Jorge Coelho.
“El aditivo no es más que un agente lubricante. Mantiene la mezcla asfáltica operable porque contiene un látex que impide su compactación. Cuando se le ejerce la presión de un compactador, este látex cambia de función. Deja de ser un lubricante y pasa a ser un ligante. Todo lo demás es asfalto CBUQ igual a los convencionales. Ofrece los mismos valores de laboratorio, pero yo puedo envasar y vender”.
La historia detrás del negocio es aún más interesante que su solución química para el problema de la cura del asfalto. Todo porque, además de proponer la venta de asfalto caliente envasado para aplicación en frío, Único Asfaltos ha montado todo un nuevo modelo empresarial para popularizar su solución.
En general, el sector de asfalto está compuesto por fabricantes de plantas de producción en gran escala, proveedores del producto caliente y contratistas viales que lo aplican. Único Asfaltos propone el modelo de franquicia para la venta de su asfalto durable.
En sus inicios, la empresa producía y vendía el asfalto en plantas de terceros, con su fórmula de aditivo en la mezcla. Luego quedó claro que este modelo impedía un crecimiento importante. La venta del aditivo individualmente tampoco se justificaba.
“Hasta que un día me vino la idea. Yo puedo sintetizar el aditivo y distribuir. Pero ¿volver a arrendar plantas de asfalto de otros para una pequeña producción, pagando arriendo y flete? No era natural. Entonces invertí lo que había ganado con la venta de aditivos en una fábrica de plantas de asfalto. Así nació Único Máquinas, que produce nuestros tres modelos de planta. Son plantas chicas, ligeras, de entre cinco y 40 toneladas por hora, y lo más importante: son baratas”, dice Jorge Coelho.
La producción de plantas y del asfalto permitió a Único hacerse una franquicia. Por un valor cercano a US$100.000 un pequeño empresario puede comprar una planta de la compañía, recibir entrenamiento y licenciarse para el uso de la marca. En poco tiempo, pasa a proveer asfalto en su ciudad, cualquiera sea la cantidad, sin apuro para la aplicación, envasado o a granel.
Desde la puesta en marcha de este modelo de negocios en diciembre de 2014, “hemos formado una red de franquiciados que ya cuenta con 58 empresas. Recientemente, abrimos nuestra primera franquicia fuera de Brasil, en Medellín, Colombia. Todos están ganando dinero”, dice el creador de Único Asfaltos.
Cuando un franquiciado adquiere la planta Único y sus licencias, pasa a producir el asfalto aprovisionándose de agregados y cimiento asfáltico locales. Lo único que tiene que comprar de Único es el aditivo.
“Esto lo hace competitivo en su mercado. Al comprar el aditivo, el franquiciado me paga menos de US$1.000 por tonelada. Una tonelada de aditivo produce 100 toneladas de asfalto. Así que el costo del aditivo desaparece en su operación”, afirma el ejecutivo.
Los tres modelos de planta de asfalto de Único son la Boxster (capacidad de producción de hasta cinco toneladas por hora), la Cayman (de hasta 20 toneladas por hora) y la 911 (que produce hasta 40 toneladas por hora).
Tamaño justo
El modelo de negocio de Único quiere llenar un vacío en la cadena productiva del asfalto. La idea es que los franquiciados atiendan las necesidades que son muy chicas para la producción de asfalto en larga escala, pero que sean lo suficiente grandes para demandar un asfalto producido apropiadamente.
“Mientras todos los grandes proveedores de asfalto tienen sus ojos puestos en grandes carreteras, mi franquiciado hace lo que nadie quiere hacer. El pequeño patio, estacionamientos de condominios, recintos deportivos, reparaciones de calles urbanas, vías terciarias en pequeñas ciudades y proyectos similares”, dice Coelho.
“No tiene sentido operar una planta de 100 toneladas para la reparación de una calle chica. Con nuestra franquicia un alcalde puede comprar 10 toneladas de asfalto, que se hacen en sólo una hora, con una planta operada por una sola persona en un espacio relativamente pequeño. De allí, saldrá con su pequeña pavimentación resuelta, porque con el aditivo no se hará necesaria una aplicación inmediata”, concluye.
Obviamente, la aplicación de asfaltos sigue regulaciones gubernamentales que cambian de país en país. En el caso de Brasil, Único Asfaltos se dio al trabajo de proponer a los organismos reguladores su formulación. El producto originador de su aditivo, una fórmula estadounidense que Jorge Coelho conoció en viajes internacionales, no tenía permiso para aplicación en Brasil. Fue así que empezó su busca por una adaptación química que le permitiese venderlo en su país.
Hoy, sus planes de internacionalización del sistema de franquicia de producción de asfalto para aplicación en frío tienen conciencia de este límite. Pero seguramente, la aceptación que ha tenido en un mercado tan importante como el brasileño influirá positivamente en los demás mercados, constituyéndose en el camino por el cual esta solución tecnológicamente innovadora y comercialmente viable podrá contribuir a mejorar el nivel de urbanización en América Latina.