Brasil cambia reglas del Finame

Si a lo largo de 2015 el gobierno de Brasil intentó promover un control más riguroso de sus cuentas objetivando bajar su nivel de endeudamiento para lograr más consistencia en sus indicadores macroeconómicos y readquirir confianza junto a los mercados, la primera semana de 2016 al parecer anuncia que este esfuerzo se terminó.

El BNDES, banco público de fomento económico, anunció un cambio en su principal programa de financiamiento de máquinas y equipos, el Finame. El cambio favorecerá las condiciones de compra, lo que seguro va aumentar la venta de equipos de construcción y agrícolas en el corto plazo, y podrá reequipar constructoras desfasadas. Pero traerá consigo el riesgo de un desequilibrio económico aún mayor que el verificado hasta el momento.

El BNDES pasará a financiar el 70% del valor del equipo vendido, contra un 50% por la regla anterior. Además, su tasa de interés de largo plazo, aunque creciendo de un 7% anual a un 7,5% anual, pasará a componer una parte mayor del financiamiento, reservando a las tasas de mercado (mucho mayores) no más que un 30% de cada financiamiento.

Para pequeñas y medianas empresas, la adquisición de equipos será aún más facilitada, con financiamiento del 80% del valor del bien, y tasa oficial de un 7,5% en todo el costo financiero.

La medida deberá recomponer gran parte del mercado de maquinaria de Brasil, duramente afectado en 2015 por la recesión. La industria de máquinas de construcción habrá perdido alrededor de un 20% el año pasado. Mientras que algunos subsectores, como el de equipos viales, disminuyó más de un 60%.

El cambio en las reglas del Finame viene luego que el gobierno ha cambiado su ministro de Hacienda, remplazando Joaquim Levy por Nelson Barbosa (foto). El nuevo ministro se identifica con la línea de pensamiento económico que promueve desarrollo mediante concesión facilitada de créditos y gastos públicos aumentados, muchas veces descuidándose de sus efectos inflacionarios.

Pero aunque esta y otras medidas generosas para con los actores económicos produzcan resultados inmediatos, la capacidad de endeudamiento de la sociedad brasileña como un todo está cerca el agotamiento. Difícilmente las políticas de Barbosa, se siguen así, serán capaces de generar crecimiento a partir de una recesión de más de un 3% del PIB en 2015 con inflación de más de un 10%.