Brasil quiere acero más barato

La Asociación Brasileña de la Industria de Maquinarias y Equipos (Abimaq), están discutiendo en conjunto con fabricantes de maquinarias y otros bienes, un programa de importación de acero que pueda garantizar el suministro regular de este insumo.

En conjunto, entre un comité de expertos, prevén que el desorden en el abastecimiento de la cadena productiva de insumos, como el acero, no se ajustará tan fácil en el corto plazo. Hay empresas en el rubro que estiman que al menos hasta fin de año esto podría ser así.

Sumado a lo anterior, entre los fabricantes alegan que los precios del acero en siderúrgicas y distribuidoras locales está mucho más alto que el producto importado. Desde el gremio esperan importar una porción de la demanda total que tiene Brasil para aliviar costos. Varios actores del rubro sostienen que además de demoras en tiempo, “a menudo acereras y distribuidoras entregan la mitad o el 70% del pedido”, dicen fabricantes que quisieron permanecer en el anonimato.

Desde Abimaq, invitaron a 41 empresas del sector para discutir con importadores los volúmenes de pedidos. El objetivo de todo esto es contar con un stock de empresas que puedan reunir un buen volumen de compras para importar para todos.

Las empresas del rubro de la maquinaria y construcción saben que los pedidos, que vienen desde China y otros lugares del mundo, pueden demorar hasta 5 meses en llegar a destino, por lo que actuar cuanto antes es fundamental. Hay que decir que el sector consume varios tipos de aceros, tales como laminados, chapas gruesas, bobinas calientes y frías, galvanizados, aceros especiales, aceros inoxidables, fundidos y forjados.

Vale decir que Brasil consume un 20,5% del acero usado en el país para fabricación de maquinarias y equipos para distintas industrias, mientras que el consumo nacional total alcanzó 21,5 millones de toneladas en 2020. “El precio del acero en Brasil es casi prohibitivo y las entregas aún no se han normalizado”, dijo José Velloso, presidente ejecutivo de Abimaq. “Las acereras y los distribuidores de acero están despellejando a los clientes con repetidos aumentos de precios”, continuó.

En tanto, Marco Polo de Mello Lopes, presidente del Instituto Brasileño del Acero, que reúne a las siderúrgicas de Brasil, señaló que “la situación se ha ido normalizando porque esto es un problema global. Las acereras no funcionan con stock, sino con pedidos programados”.

Durante el primer cuatrimestre del año entraron a Brasil más de un millón de toneladas del material. Desde el sector esperan que eso vaya aumentando.