CBIC reacciona con agenda positiva en Brasil

Mientras el escenario de paralización de la construcción en Brasil genera pérdidas para todos los segmentos de la industria, y las caídas económicas del país se perpetúan con una crisis política que pareciera sin fin, la Cámara Brasileña de la Industria de la Construcción decidió llevar adelante una agenda positiva.

La entidad que representa las constructoras brasileñas reunió en su sede en São Paulo ejecutivos de los principales bancos y financiadores de proyectos en Brasil para discutir cuáles los caminos inmediatos a seguir para las inversiones en infraestructura.

Aceptaron la invitación de la CBIC el Banco do Brasil, el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), la Caixa Económica Federal y el Fondo Garantizador del Tiempo de Servicio (fondo donde quedan depositados recursos pertenecientes a los trabajadores, que lo retiran en caso de despido).

Estos son los principales agentes de financiamiento de infraestructura en Brasil. Cada uno de los ejecutivos detalló los presupuestos que manejan para reanudar la inversión en nueva infraestructura pesada en Brasil.

Quedó claro que hay dinero disponible, pero la incertidumbre generada por el problema político y la falta de proyectos más consistentes de parte de la iniciativa privada y organismos de gobierno deja el sector en estado de espera.

Según el representante del BNDES, Nelson Siffert, “el cuello de botella en la infraestructura no es el financiamiento, el problema está en la estructuración de buenos proyectos”.

Por su parte, la representante de las constructoras reafirmó que su apuesta está en las concesiones y Asociaciones Público-Privadas. “Está clara la necesidad de un diálogo permanente entre el sector y estos agentes de inversión para construir modelos que garanticen la participación cada vez mayor de empresas en las concesiones y APPs”, dijo el presidente de la comisión de obras públicas de la CBIC, Carlos Eduardo Lima Jorge.

Por las cuentas presentadas por los agentes de financiamiento, Brasil tiene por invertir cerca de US$ 220.000 millones hasta 2018. Pero aunque este capital esté reservado en los bancos públicos, su ejecución depende de una larga serie de factores, entre los cuales los muchos ritos de la administración pública.

Para el caso de concesiones y APPs, contrariamente a lo que se podría pensar, los ritos burocráticos en Brasil suelen ser más complicados que los de obra pública, entre otros puntos por la necesidad de presentación de garantías bancarias de los entes privados y por la aprobación de proyectos.

Sin embargo, las participaciones privadas son consideradas por muchos como el único camino para mantener las inversiones en infraestructuras en un contexto de parálisis de las iniciativas gubernamentales por intensos problemas políticos.