Construcción chilena cae en febrero
17 April 2017
El Índice Mensual de Actividad de la Construcción (Imacon) de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) registró una caída anual de 4,7% en febrero de 2017.
Revisando los subcomponentes del Imacon, se puede observar que la contratación de mano de obra tuvo un descenso anual en febrero de 2,6%. Durante ese mes, el empleo dependiente cayó 9,5% en doce meses, mientras que los ocupados por cuenta propia subieron 15,5% anual.
El índice de ventas de proveedores retrocedió en febrero 10,5% anual, acentuando la tendencia a la baja del comportamiento interanual que ha exhibido en los últimos siete meses. Por su parte, el índice de despacho de materiales, que aproxima la demanda de materiales de obra gruesa, sufrió una caída de 9,1% anual, consistente con una menor provisión de hormigón, cemento y fierro respecto de 2016.
La actividad de contratistas generales registró una contracción de 2,5% anual en febrero, lo que se condice con un estancamiento de la actividad de obras civiles y montaje, ítem preponderante en la composición de este indicador. A lo anterior se suma la baja en la actividad de movimiento de tierras, que se mantiene en niveles bajos, lo que anticipa un moderado desempeño del indicador general en el futuro próximo.
Por último, la aprobación de permisos para la edificación continuó descendiendo tanto en términos anuales como mes a mes. Según cifras preliminares, la superficie aprobada para edificación cayó 13,4% anual, luego que el mes anterior tuviera una contracción anual de 24,5%.
Sergio Torretti, presidente de la CChC, declaró que “la actividad sectorial suma así seis meses seguidos con variaciones negativas, lo que reafirma que la construcción replica de manera amplificada el comportamiento de los ciclos económicos. Es decir, si la economía en general va a la baja, nuestra industria se contrae aún más, tal como está ocurriendo en la actualidad”.
Javier Hurtado, gerente de Estudios de la Cámara, agregó que “es probable que en esta oportunidad estemos además ante la presencia de un cambio más bien estructural en cuanto al nivel de dinamismo del sector, que tendería a tasas de crecimiento más moderadas producto de la normalización del ciclo de inversiones mineras y el menor precio del cobre”.