Déficit habitacional de Brasil seguirá creciendo

Las elecciones en Brasil han puesto el tema de los gastos sociales en primer plano, dado que muchos economistas vienen acusando el exceso de gastos públicos del actual gobierno como culpable por la estagnación con inflación que viene poniendo el país bajo presión. Uno de los programas sociales más importantes del actual gobierno tiene en la construcción su centro: el Mi Casa Mi Vida construyó hasta hoy casi 3 millones de viviendas sociales, movilizando el capital del sector de construcción y reduciendo en un 8% el déficit habitacional del país.

Pero aunque ambos candidatos en la segunda vuelta del proceso electoral prometan mantenerlo, la construcción de 3 millones más de nuevas residencias (tal como lo planifica la presidente y candidata Dilma Rousseff) no será suficiente para acabar con el déficit de viviendas de Brasil. Es más, de acuerdo a un nuevo estudio, el déficit habitacional brasileño deberá expandirse de todas formas, de acuerdo al prestigioso centro de estudios Fundación Getulio Vargas.

La fundación afirma que para acabar con el déficit habitacional el país debería invertir una impresionante suma de US$ 317.000 millones en diez años. Lo que hasta para los estándares de la mayor economía de la región es mucho si se piensa que muchas otras inversiones públicas disputarán el presupuesto del gobierno. Además, es dudable que la industria de la construcción del país pueda trabajar a un nivel de productividad acorde a esta inversión en un plazo corto como este.

Es así que entra en la ecuación el creciente costo de la vida en Brasil, que ya es el más alto de Latinoamérica y en ciertas ciudades como Río de Janeiro y Sao Paulo se coloca entre los más altos del mundo. Cada año, son más las familias que no alcanzan para pagar los arriendos y deben moverse a una u otra situación que en el país es suficiente para ponerlas en el listado del déficit habitacional: división de vivienda entre más de un núcleo familiar, comprometimiento de una parcela muy alta del ingreso mensual con arriendo, o la “favelización” (cuando una familia va a vivir en la calle o en una favela).

Con el crecimiento de la población, y a la vez la subida permanente del costo de la vida en Brasil, se estima que el déficit habitacional, que en 2012 era calculado en 5,2 millones de viviendas, alcance los 20 millones de viviendas unifamiliares necesarias. Obviamente, los programas de vivienda social y el incremento relativo de ingresos en ciertos segmentos sociales van a contrarrestar algo de este crecimiento. Pero la tendencia es que falten más viviendas en el futuro, aunque se siga construyéndolas.