Demolición y reciclaje: Una demolición ganadora

Grupo Mitre, destacada empresa argentina de demolición y reciclaje, no es nueva en los procesos de premiación del World Demolition Summit, y en la reciente edición ganó el primer lugar en la categoría Reciclaje y Medioambiente.

Vista aérea de la Villa Rodrigo Bueno. (Foto: Mitre)

La empresa tiene larga data en innovación y desarrollo sostenible, con un fuerte enfoque en la economía circular. De hecho, en 2020 Grupo Mitre fue la primera empresa de demolición en el mundo en certificarse como B corp, sello que garantiza estándares verificados de desempeño social y ambiental, transparencia y responsabilidad. “Nuestros principales objetivos como empresa son: lograr el Residuo Cero y alcanzar la Carbono Neutralidad al 2030”, explica Maximiliano Mauriño, director de operaciones de la empresa.

Reciclaje al 100%

La operación que le valió el primer lugar a la empresa fue la intervención del asentamiento de precarias viviendas de la villa Rodrigo Bueno, en Buenos Aires, Argentina, como parte de un programa de relocalización a cargo del Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC) de Buenos Aires.

La villa estaba integrada por 2.665 personas (996 familias) y 563 viviendas. “Junto con el cliente (IVC), elaboramos un proyecto de urbanización e integración social, cultural y ambiental. El proyecto contempló la intervención de 309 viviendas, la dotación de infraestructura básica, espacios de esparcimiento, así como la apertura de calles, el mejoramiento de viviendas existentes y la intervención en espacios públicos”, explica el ejecutivo.

Se realizó una demolición sustentable, que redujo el consumo de recursos naturales y energía, aumentando la eficiencia del reciclaje. (Foto: Mitre)

Uno de los principales focos para Mitre a la hora de llevar a cabo este proyecto (como en todos los que se involucra) fue su compromiso con la economía circular y la revalorización de los residuos derivados de la demolición, buscando siempre implementar acciones para evitar el envío de residuos a vertederos. “Para ello, se requirió una planificación rigurosa, identificando los productos factibles de recuperar antes del inicio del proyecto. La demolición selectiva es primordial, desmantelando cuidadosamente las estructuras de manera ecoeficiente y en un tiempo récord”, dice Mauriño.

Una vez retirados los materiales con valor comercial para ser reinsertados en el mercado a partir de su venta, entran las máquinas para demoler la estructura restante. Primero se separan los metales, para ser tratados por un depósito de chatarra. Luego, se realiza el proceso de cribado donde se clasifican los hormigones y escombros según su tamaño, para continuar su camino hasta el proceso de trituración donde se obtiene un árido ecológico de alta calidad. “Gracias a nuestra política activa de inversión en tecnología punta, hemos incorporado trituradoras de áridos que nos permiten procesar materiales in situ que luego reintroducimos en el ciclo productivo de la construcción”, señala.

El total recuperado en Rodrigo Bueno fue de 883,33 toneladas. La recuperación de estos materiales reemplaza la necesidad de nuevos productos que requieren la extracción de recursos naturales vírgenes, cuidando el medio ambiente de las comunidades aledañas a estos sitios. De esta forma, la huella de carbono generada fue de 4,21 toneladas de CO2, lo que equivale a dos árboles. “Sin embargo, en base a nuestro compromiso de lograr una gestión neutra en carbono al 2030, decidimos plantar 77 árboles, que representan una compensación equivalente al 20% de las emisiones totales de nuestra empresa, en la reserva natural cercana”, indica el ejecutivo.

El total recuperado en Rodrigo Bueno fue de 883,33 toneladas. (Foto: Mitre)

Puntos críticos

Factores técnicos y ambientales generaron algunos importantes desafíos durante la ejecución del proyecto.

Los aspectos técnicos estuvieron relacionados con las condiciones estructurales de las viviendas a demoler y las viviendas anexas, ya que se construyeron adosadas unas a otras, utilizando los muros colindantes como propios, o las vigas vecinas como soporte de nuevas estructuras.

Esto se tradujo en una gran dificultad a la hora de demoler, ya que era imposible analizar de antemano el método de demolición. “Por lo tanto, para llevar adelante este proyecto, hubo que realizar apuntalamientos y otras medidas para garantizar la seguridad de los colaboradores y de los vecinos de las casas colindantes, que aún las habitaban”, explica Mauriño.

Por su parte, en lo que se refiere a los aspectos ambientales, el gran desafío venía de la mano de las implicancias de la intervención de un barrio marginal superpoblado y con intenso movimiento de peatones en todo momento, y además a pocos metros de un canal que desemboca en el Río de la Plata y de una reserva natural. “Nos enfocamos en sensibilizar, nos dedicamos a capacitar a los vecinos de la villa. Era fundamental evitar la contaminación del canal, ya que abastece de agua a un sistema de humedales que brinda refugio y alimento a más de 300 especies”, detalla.

Trabajo mancomunado

De acuerdo con grupo Mitre, el proyecto pudo llevarse a cabo con éxito debido al nivel de empatía y compromiso comunicativo del equipo de trabajo, que logró desbloquear todo tipo de conflictos para poder avanzar en el proyecto. El diálogo con los vecinos fue fundamental y siempre estando dispuestos a trabajar juntos para resolver cualquier imprevisto que pudiera surgir.

Durante la operación se utilizaron excavadoras diversas excavadoras de entre 5 y 20 toneladas. (Foto: Mitre)

Un aspecto muy destacado de este gran proyecto fue que el Grupo Mitre incorporó a parte de los pobladores de la villa en las operaciones, haciéndolos partícipes de sus programas de formación integral y dándoles un trabajo formal. Más del 45% de la mano de obra requerida en el proyecto fue personal vecino de la villa. Dar trabajo digno a tanta gente le dio a la empresa una imagen de aceptación y también garantizó seguridad hacia sus colaboradores.

“Nuestro propósito como empresa es promover la innovación y el desarrollo sustentable, a partir de esquemas que fomenten la economía circular y la generación de un impacto positivo en la construcción. A través de alianzas con ONGs y cooperativas sociales, buscamos recuperar residuos que puedan ser reciclados y/o reutilizados. Buscando concientizar a nuestros colaboradores y a la comunidad sobre la importancia de separar adecuadamente los residuos. El impacto ambiental del proyecto buscó la máxima conservación del medio ambiente a través del reciclaje, lo cual fue evidenciado y apreciado por todos los vecinos de Rodrigo Bueno”, finaliza el ejecutivo.

Algunos hitos del proyecto

  • El proyecto nació de la necesidad de intervenir el asentamiento humano Rodrigo Bueno para otorgar vivienda digna a quienes lo habitan
  • Se realizó una demolición sustentable, que redujo el consumo de recursos naturales y energía, aumentando la eficiencia del reciclaje.
  • Se promovió la innovación y el desarrollo sostenible, basados en esquemas que fomenten una economía circular.
  • La huella de carbono fue de 4,21 toneladas de CO2, equivalente a dos árboles.
  • La máxima conservación del medio ambiente a través del reciclaje fue valorada por todos los vecinos de Rodrigo Bueno.

NEWSLETTER
Entregado directamente a su bandeja de entrada, el REPORTE SEMANAL DE CONSTRUCCIÓN presenta la selección de las últimas noticias, lanzamientos de productos, informes y mucha más información sobre el sector de la infraestructura en América Latina y el mundo.
CONTÁCTESE CON EL EQUIPO
Cristian Peters
Cristián Peters Editor Tel: +56 977987493 E-mail: cristiá[email protected]
Simon Kelly Gerente de ventas Tel: 44 (0) 1892 786223 E-mail: [email protected]
CONÉCTESE A NUESTRAS REDES SOCIALES