El renacer del Fonte Nova

01 June 2011

Uno de los más importantes palcos para el Mundial Brasil 2014 conjuga los viejos conceptos junto a l

Uno de los más importantes palcos para el Mundial Brasil 2014 conjuga los viejos conceptos junto a la modernidad y la tecnología de punta. Reporta Clarise Ardúz.

Después de que sus instalaciones desaparecieron delante de las cámaras de televisión y de los ojos de la población de Salvador, en Bahía, Brasil, el nuevo Estadio Fonte Nova resurge de las cenizas (y literalmente, de las cenizas). A menos de un año de la implosión en agosto de 2010, ya es posible ver el renacimiento de lo que será una de las tarimas más importantes para el Mundial de Fútbol 2014.

Quien conocía el viejo estadio no reconocerá la moderna estructura que tendrá la nueva arena multiuso, aunque muchas características harán recordar estéticamente la anterior. Las futuras instalaciones dotarán a Salvador de una estructura de nivel internacional, que no solamente servirá para los eventos vinculados al fútbol, sino que también será un espacio para la realización de grandes conciertos, congresos y encuentros de negocios. El área tendrá el mismo concepto de uno de los más grandes centros de entretenimiento del mundo, el Ámsterdam Arena, sede del AFC Ajax y también del equipo de fútbol americano de la NFL, Europa Ámsterdam Admirals, de Holanda, un modelo de gestión multipropósito de mucho éxito en Europa.

Según comenta Alexandre Chiavegatto, director de contrato del Consorcio Arena Salvador (conglomerado responsable del proyecto y compuesto por las compañías Odebrecht Infraestructura y OAS), en este momento se están realizando las fundaciones del futuro complejo deportivo y explica que la siguiente etapa es la ejecución de la superestructura del estadio, que será en su mayoría pre-moldeada.

El proyecto arquitectónico preservará su antiguo formato de herradura y su apertura dará hacia el Dique do Tororó, una laguna artificial de 110.000 m2 declarada patrimonio histórico.

La nueva arena tendrá capacidad para 50.000 espectadores. Serán tres niveles de gradas con asientos cubiertos, 70 camarotes VIP, un restaurant panorámico con vista hacia el estadio y para el Dique do Tororó, además de contar con más de 2.000 estacionamientos. Habrá también una sala de prensa, quioscos, ascensores, baños, un museo del futbol, un fun shop y un business lounge que funcionarán independientemente de los juegos que se puedan estar desarrollando.

El monto total a invertir en este proyecto es de 591 millones de reales (poco menos de US$380 millones), pero se estima que la nueva arena traerá mucho más beneficios para la región de lo que esa inversión puede significar.

La reconstrucción del Fonte Nova será el gancho para una revitalización de la zona (Jardim Baiano, Joana Angélica, Brotas, Nazaré y alrededores) y del centro de la ciudad. Algunas señales de ese cambio ya se hacen notar, como por ejemplo la valorización de los inmuebles, que según el sector inmobiliario, ya alcanza un 30%.

Además de eso, mientras dure la obra, se generarán alrededor de de 1.500 empleos directos y, en el período de operación de la nueva arena, 2.500 empleos directos. Otro dato importante a consignar es que según la Cámara Brasileña de la Industria de la Construcción, por cada 100 empleos directos se generan 21 nuevos empleos indirectos, por lo que el impacto del nuevo estadio será sumamente positivo para la ciudad.

Desafíos para la ingeniería

El proyecto de reconstrucción del estadio Fonte Nova puso a prueba a la ingeniería brasileña. Chiavegatto explica que "uno de los grandes desafíos de la obra está relacionado con su inserción dentro de la ciudad y todas las condicionantes que el hecho implica". Efectivamente, al estar el estadio inmerso en un sector residencial, el trabajo de demolición debió realizarse mediante implosión.

Asimismo, otro gran desafío está relacionado con la arquitectura del estadio, el que tendrá "la forma de una herradura en la parte inferior y de copa en elevación, determinando un proyecto estructural de gran complejidad con la consecuente dificultad en la ejecución de sus estructuras", indica.

Además de las dificultades relacionadas con el aspecto arquitectónico del estadio, incluyendo la cobertura, hay que considerar la actual coyuntura del país, que está pasado por un momento económico marcado por la construcción y/o remodelación de 12 estadios y por otras inversiones en infraestructura tanto para el Mundial 2014 como para las Olimpiadas 2016. Frente a eso, el director de contrato del Consorcio Arena Salvador señala que existe cierta preocupación por la disponibilidad de recursos, principalmente humanos, que puedan atender a todas estas inversiones. "Tenemos la preocupación de formar y capacitar, con el apoyo de entidades gubernamentales, manos de obra operacional y especializada como ingenieros y técnicos", advierte. Vale destacar que según la Confederación Nacional de Industria (CNI) de Brasil, Siete de cada 10 compañías brasileñas enfrentan actualmente una escasez de trabajadores calificados.

Tecnología, reciclaje y sustentabilidad

Para que la nueva arena esté al nivel de estándares internacionales, serán utilizados diversos tipos de tecnología de punta. Un moderno sistema de cámaras de circuito interno, pantallas gigantes y equipos electrónicos de control de acceso garantizarán la seguridad de los usuarios dentro del complejo.

El confort será otro atractivo del lugar. Habrá una cobertura sostenida por una estructura tensionada en la cual cables y celosías trabajan en conjunto con un anillo de compresión metálico similar a una rueda de bicicleta. Esa estructura es cubierta con una membrana impermeable tipo PTFE (Etileno de PoliTetraFloruro). Ese tipo de estructura disminuye entre 30% y 40% el consumo de acero, lo que representa una economía de materia prima.

El proyecto también prevé otras medidas de sustentabilidad ecológica que atienden al programa Green Goal de la Fifa: economía de agua, aprovechamiento de aguas lluvia, disminución y reciclaje de basura generada, reutilización de aguas servidas tratadas, sustentabilidad energética, ventilación e iluminación natural.

Pero el tema del reciclaje no ha sido un tema menor con respecto a la disposición de los deshechos. Un ejemplo de eso es que, con la demolición total del estadio, se generaron 29.000 m³ de concreto y 100% de este material fue reciclado en modernos equipos de trituración, con capacidad de procesar 100 m³ de concreto por hora. Parte del material está siendo reutilizado en servicios de movimientos de tierra y pavimentación en la misma obra y el resto utilizado en obras de infraestructura en Salvador y la Región Metropolitana.

La demolición

En agosto de 2010 el mundo pudo ver por televisión e internet la implosión del anillo superior del antiguo Estadio Fonte Nova, también conocido como Estadio Octavio Mangabeira. La instalación, inaugurada en 1951, estaba cerrada desde 2007 luego del derrumbe de parte de las gradas del anillo superior, accidente que sucedió durante un partido de fútbol y causó la muerte de siete personas, dejando a otras 87 heridas.

Para garantizar la seguridad de la población residente en los alrededores del estadio, la implosión contó con todos los cuidados necesarios. Dos empresas expertas en demoliciones e implosiones en Brasil y en el mundo fueron contratadas para hacer el servicio en esta obra: la brasileña Arcoenge Engenharia, responsable por la demolición mecanizada e implosión, y la estadounidense Controlled Demolition Inc. (CDI), responsable por el control de calidad de la operación.

El proyecto de implosión fue elaborado considerando los límites de vibración tolerables por los inmuebles históricos y más críticos ubicados alrededor del estadio. Fueron utilizados recursos mitigadores para reducir los remotos riesgos. Los 138 pilares del Fonte Nova (que fueron agujereados y cargados con explosivos) fueron revestidos por una malla metálica y por una manta geotextíl ultra resistente, lo que redujo la proyección de objetos y materiales hacia los alrededores.

Arcoenge Engenharia ya había realizado 72 implosiones importantes en el país, entre ellas la de la penitenciaria de Carandiru (etapas I y II) y el galpón frente al Aeropuerto de Congonhas, ambas en Sao Paulo. En tanto, CDI tiene 60 años de actuación en demolición controlada y es una de las empresas más experimentas del mundo en el tema, con 7.000 implosiones, incluyendo siete estadios de grandes dimensiones.

Experiencia en el tema

Las brasileñas OAS y Odebrecht, que componen el Consorcio Arena Salvador 2014, son dos empresas bahianas reconocidas por su solidez, experiencia y capacidad de emprender a favor del desarrollo de Bahía y Brasil. Ambas compañías han sido responsables por diversas obras nacionales e internacionales, incluyendo algunos recintos deportivos como el Estadio do Engenhão, y la remodelación del Maracaná (en Río de Janeiro), la construcción de la Arena Barueri (en Sao Paulo) y la construcción del Estadio Florida International University (FIU), en Miami, Estados Unidos.

Operación Máquina

Para una obra de grandes dimensiones como ésta, el uso de equipamiento pesado es esencial para agilizar y facilitar el trabajo del equipo humano. La maquinaria presente en terreno está compuesta por:

  • 1 Planta de concreto con una capacidad de 25 m3/h
  • 7 Martillos hinca pilotes hidráulicos (cuatro de 7 toneladas y tres de 5 toneladas)
  • 2 Martillos hinca pilotes de caída libre (6,5 toneladas)
  • 1 Martillo hinca pilotes vibratorio
  • 7 Grúas con una capacidad máxima de 6 toneladas
  • 1 Grúa sobre orugas de 250 toneladas
  • 1 Grúa sobre ruedas de 500 toneladas
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