Estadio olímpico

02 December 2016

Queiroz Galvão y Caterpillar jugaron un rol crucial en la construcción del complejo de hockey sobre

Queiroz Galvão y Caterpillar jugaron un rol crucial en la construcción del complejo de hockey sobre pasto que se utilizó en las Olimpiadas de este año en Río de Janeiro

Las Olimpiadas de Rio de Janeiro 2016, en Brasil, no sólo trajeron importantes desafíos deportivos a los países y sus atletas. La preparación de la ciudad y de los estadios que albergarían las diversas disciplinas también trajo consigo retos constructivos de diversa magnitud.

Consorcio Transbrasil (conglomerado integrado por las constructoras Norberto Odebrecht, Queiroz Galvão y OAS) ganó los contratos para la construcción del Complejo Deportivo Deodoro de la ciudad carioca, que incluyó el Centro Olímpico de BMX, el Centro Olímpico de Hockey sobre Pasto, el Estadio de Canotaje Slalom y la Pista de Mountain Bike de la Juventud.

El Centro Olímpico de Hockey sobre Pasto, a cargo de Queiroz Galvão, representó un desafío inusual ya que el recinto requería de la construcción de tres canchas, cada una de 50 m de largo y 30 m de ancho con una superficie de césped artificial sobre una fundación de asfalto. El diseño de la pavimentación consideraba especificaciones más precisas que lo que se requiere para una pavimentación con asfalto normal. Para añadir una mayor complejidad, el trabajo debía quedar concluido en tres semanas.

Con este corto espacio de tiempo, los ejecutivos de Queiroz Galvão no quisieron tomar riesgos y contrataron a Sotreq, dealer local de Cat, para asistencia. Ambas firmas tienen una relación de larga data, puesto que la contratista brasileña posee cerca de 30 máquinas del fabricante norteamericano.

Antes del comienzo de la construcción, el consultor de Caterpillar para Productos de Pavimentación, Leonardo Kanan, capacitó durante dos días a la dotación del Consorcio Transbrasil. El ejecutivo enseñó las técnicas específicas que los trabajadores iban a necesitar para cumplir con las desafiantes exigencias técnicas del recinto.

Inicialmente había preocupación respecto a si el pavimentador Cat AP1055D, con más de 7.000 horas de trabajo, iba a ser capaz de cumplir con las especificaciones mencionadas, pero Kanan aseguró que “era más relevante el cómo el equipo iba a ser configurado y usado; todo lo que se requería era cierto entrenamiento”.

Sin embargo, el primer día de trabajo ya mostró complejidades, puesto que la superficie presentaba desviaciones menores y defectos, mientras que las tolerancias no daban mucho espacio para mejoras. Cada cancha debía pavimentarse con dos capas, cada una de 3,5 cm de profundidad. Las especificaciones exigían una pendiente de -0,4% desde el centro de la cancha hacia todos sus bordes.

La pavimentación comenzó colocando la primera capa de la cancha con una mezcla fina. El equipo AP1055D se configuró para colocar el pavimento en carriles de 5 m desde afuera hacia el centro de la cancha. La guía 10-20B Extend-A-Mat fue configurada para seguir una línea de referencia de la capa desde el borde externo, considerando la pendiente de 0,4% hacia el centro de la superficie. La colocación de la segunda capa, una mezcla de textura abierta, fue hecha con una guía que marcaba la graduación de 0,4% para colocar el pasto de la cancha.

La compactación final se realizó con un compactador de neumáticos, mientras que un compactador de rodillo hizo los repasos finales. Finalmente el trabajo cumplió con todas las especificaciones requeridas, lo que fue alabado por el Comité Olímpico Internacional (COI).

Kanan estaba igualmente contento. "Contar con equipamiento de vanguardia es agradable; pero el entrenamiento puede hacer que una pavimentadora muy usada pavimente como una nueva. Ningún desafío es demasiado grande cuando tienes una gran tripulación, un gran apoyo y un equipo sólido", aseguró.

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Cristian Peters
Cristián Peters Editor Tel: +56 977987493 E-mail: cristiá[email protected]
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