Idas y venidas

05 November 2014

Una de las obras en la que trabaja Peri.

Una de las obras en la que trabaja Peri.

La desaceleración que ha experimentado la economía regional durante los últimos meses es una situación, según la visión de muchos actores, preocupante. La industria de la construcción, como cualquier otra, está alerta a lo que ocurre con los mercados de las principales potencias mundiales, pero además de observar la situación internacional, están conscientes que en América Latina hay factores como elecciones presidenciales y cambios de gobierno que generan incertidumbre.

Sin embargo, un escenario aparentemente poco auspicioso, puede ser tomado como una oportunidad de desarrollo. La industria, en tiempos como éste, requiere más que nunca de un aumento en la productividad, haciéndose más eficiente en tiempos de trabajo y mano de obra. Es ahí donde están concentrando su atención las empresas de apuntalamiento y encofrado, sistema que progresivamente ha ganado fuerza en la región.

Un ejemplo nítido de crecimiento es el de la italiana Pilosio. La empresa, ha crecido un 30% en los últimos tres años, esto en parte gracias al fuerte proceso de internacionalización que está llevando a cabo. En la región, la compañía actúa en Chile, Colombia, Perú, Panamá y México. Además, tienen intenciones de penetrar en el mercado brasileño. Al respecto Dario Roustayan, CEO de la marca, adelantó a Construcción Latinoamericana que “estamos invirtiendo y en 2015 debemos anunciar una noticia importante para nuestro desarrollo de negocio”.

Por otro lado la brasileña Metax, que por el momento actúa sólo en el mercado local, espera crecer en 2015 entre un 5% y un 8% en su segmento de arriendo. Según Vanderlei Bertaglia, director de la compañía, esta expectativa de crecimiento no será pareja en todos los segmentos del mercado, sino que más bien se verá “fuertemente influenciada por obras de infraestructura, ya que como la inflación se mantendrá, seguiremos con una política gubernamental de intereses altos, generando dudas en cuanto a la demanda de unidades habitacionales, actualmente dependientes del crédito hipotecario”.

Maria Alice Moreira, directora de la unidad de edificaciones de Mills, tiene expectativas moderadas para el próximo año. “Creo que seremos conservadores por la situación del país y también porque estamos en un proceso de mejoría de la gestión y la calidad”. A eso se debe que agregar que Brasil, debido a sus dimensiones, es un mercado más bien heterogéneo, en que cada estado, además de tener sus propias particularidades, se comporta de manera distinta. “Aún estamos en pleno proceso de cierre de año, sin embargo, creo que muy probablemente en Brasil algunos lugares mantendrán sus índices de crecimiento, en otros esta cifra disminuirá y en otros crecerá. La expectativa general aún no la tenemos”, afirma.

Lo que debemos esperar para 2015 tiene directa relación con lo que ha ocurrido en los últimos años. En Brasil ha habido una continua desaceleración en el sector de la construcción civil y se espera que 2014 cierre con el peor resultado de los últimos 14 años. Esto se debe a múltiples factores. El débil desempeño de la economía, el término de obras relacionadas con la Copa de Mundo y la dificultad para aumentar las inversiones en infraestructura. Con todo, la menor cantidad de proyectos está generando una fuerte competencia en el mercado de apuntalamiento y encofrado.

En 2013, la construcción civil tuvo una participación de 5,4% en el PIB brasileño. El mejor resultado de los últimos años ocurrió en 2010 cuando el PIB del sector avanzó 11,6%, influído especialmente por el boom inmobiliario. A partir de ahí el crecimiento se ha comportado de forma cada vez más modesta.

Mills sin embargo, mantiene una visión optimista, aunque moderada. “El déficit habitacional en Brasil no se ha reducido, a pesar de que muchas casas se han hecho con el programa “Minha Casa, Minha Vida”. El proyecto ha significado más de un millón de unidades por año, sin embargo aún faltan ocho millones. Es la histórica carencia de Brasil. Por otra parte el acceso al crédito aún es relativamente fácil, es entonces la inseguridad de las familias lo que muchas veces genera los problemas”.

Panorama regional

El panorama a nivel latinoamericano en el mercado de apuntalamiento y encofrado también es heterogéneo. En la opinión de Helcio Moraes, gerente de Sucursal en Río de Janeiro de la compañía alemana Peri, Chile y Brasil llevan la delantera. “Los mercados más desarrollados son los de Chile, a través de una fuerte influencia de empresas internacionales en virtud de la facilidad de importación de los materiales, y Brasil, por la experiencia de un mercado que fue obligado a evolucionar a través de las empresas nacionales”.

Daniel Goldring, director comercial regional de la brasileña SH, también ve a Chile y Brasil como los mercados más desarrollados de la región, sumados a Panamá. Esa parece ser una opinión consensuada. “Chile está en un proceso mucho más evolucionado que los demás países de la región, con padrones similares a los de Europa, debido a su larga historia de apertura comercial”.

Otros países que tienen buenas referencias, según Vanderlei Bertaglia, de Metax, son Colombia y Panamá.

Pilosio tiene una visión interesante al respecto. Según la marca, la diferencia entre los países de Latinoamérica es enorme. La compañía decidió invertir en los últimos años en los mercados, desde su punto de vista, más prometedores. Un ejemplo de esto es México, que gracias a sus reservas de petróleo y gas, representa una oportunidad para las empresas que ofrecen encofrados para la construcción de infraestructuras.

Lo que ocurre con otros mercados menos nombrados como Venezuela y Argentina, es un punto aparte. Para Roustayan “serían mercados estratégicos, pero tenemos que tener en cuenta la fuerte inestabilidad política y económica de estos países”.

Al comparar América Latina con los mercados más desarrollados como Europa y Estados Unidos, especialmente considerando el panorama actual que éstos viven, Goldring, de SH Formas, reconoce que en la región la industria “se encuentra activa, aunque con una demanda menor a la de los últimos años”.

La idea de que el mercado latinoamericano aún está muy en pañales en comparación a los más desarrollados, es rebatida por Bertaglia, de Metax. El ejecutivo asegura que aun cuando efectivamente hay una menor cantidad de proyectos y una mala ejecución de muchos de ellos, “las empresas brasileñas ya cuentan con opciones técnicas que no dejan nada que desear en relación a las empresas extranjeras, solamente falta el desarrollo de una norma técnica más completa en el país, que asegure más confiabilidad a los proyectos, con el mismo nivel de las normas europeas”.

Además de las normas, existe otro factor importante que nos separa de las regiones más desarrolladas en estas materias. Son los costos de transporte e importación, que crean barreras para traer tecnología avanzada por parte de las empresas locales. “La introducción de esa nueva tecnología es un desafío para las empresas nacionales y, en particular, para Peri”, explica Moraes. La empresa está presente a nivel global en más de 70 países y en América del Sur actúa en Chile, Argentina, Brasil y Colombia.

Automatización

El uso de nuevas tecnologías no ha quedado al margen del mercado de apuntalamiento y encofrado. La tendencia apunta, cada vez más, a sistemas livianos, resistentes y de fácil montaje. Nuevamente, todo lo relacionado con el aumento de la productividad a través de la reducción del tiempo de ejecución de las obras y la disminución del uso de mano de obra, es bien recibido por las empresas constructoras.

“Nuestra mano de obras es aparentemente barata, es un funcionario que no gana mucho. Sin embargo, es muy improductiva, en general es un trabajador poco capacitado que causa muchos errores y requiere de mucha fiscalización”, explica Alice Moreira, de Mills. De allí radica la necesidad de sustituir costos excesivos con procesos más automatizados que requieran la menor cantidad de mano de obra posible.

En esa búsqueda, la empresa ofrece, por ejemplo, el sistema de mesas voladoras. Este es especialmente utilizado para trabajos en altura, aumenta la velocidad de ejecución y requiere muy poca mano de obra, lo que lo ha hecho cada vez más popular. “En este sistema el trabajo lo hace la torre grúa. Las mesas permiten llevar todo el sistema de encofrado y apuntalamiento en una gran losa, sin necesidad de montar y desmontar, lo que significa inmediatamente un aumento en la productividad”, argumenta Moreira.

SH Brasil destaca uno de sus últimos lanzamientos, la línea Multiform, generalmente utilizada en obras de infraestructura de gran tamaño. Se trata de mesas deslizantes que permiten ejecutar losas con rapidez y sin necesidad de mano de obra especializada para llevar a cabo la tarea.

En esta misma línea Metax ofrece paneles manuales EFCO, sistema de formas fabricadas en acero que no necesitan soportes de madera y pueden ser utilizadas muchas veces sin perder sus características. Tiene la ventaja además, de que puede ser montado por un único trabajador.

Proyectos

La compañía Pilosio está participando en el proyecto Etilenio XXI, que prevé la construcción de una planta petroquímica en México con una capacidad nominal de más de un millón de toneladas. Este proyecto representa la mayor inversión de la industria petroquímica mexicana en los últimos 20 años.

Helcio Moraes de Peri, afirma que uno de los grandes desafíos para la marca en este momento es la construcción del “Museu do Amanha” en Rio de Janeiro y del “Museu da Imagem e do Som”, en Sao Paulo.

Mills, trabaja en innumerables proyectos a lo largo de todo Brasil. Uno de los más importantes es llevado a cabo en conjunto con la constructora nacional OAS. Se trata de un gran complejo de edificios en la ciudad sureña de Porto Alegre, en el estado de Rio Grande do Sul.

Por último, Metax destaca la obra de la sede comercial de la empresa de alimentos Friboi JBS, en la que se utilizó el sistema de apuntalamiento convencional en una primera etapa, y el multidireccional Speed, en la etapa final.

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Cristian Peters
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