La inversión en infraestructuras es la principal directriz para 2023

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Lo más destacado es la iniciativa privada. Los datos de Valor muestran que la ofensiva de los inversores será fundamental en los próximos años.

La publicación recuerda que las concesiones de puertos, carreteras, aeropuertos y ferrocarriles, entre otros, generaron R$ 73 mil millones en la ampliación y modernización de la infraestructura de estos segmentos desde 2019, cuando se aceleró el proceso. Otros 18.000 millones de reales fueron a parar a las arcas del gobierno, como resultado del pago de subvenciones.

El peso de la iniciativa privada en el periodo de 2010 a 2021 es impresionante. En 2010, las inversiones en infraestructuras representaron el 2,46% del PIB y la participación pública fue del 57,3% del total. Cinco años más tarde, se produce un cambio de tendencia y la iniciativa privada representa el 60,3% de las inversiones, lo que supone el 2,14% del PIB. En 2020, la iniciativa privada aumentó su participación hasta el 62,9% y, en 2021, volvió a aumentar hasta el 66,4%.

En el ámbito ferroviario, por ejemplo, las iniciativas se casan con la salida de la producción agrícola brasileña. Y también en el ámbito de las carreteras, donde sólo la concesión de la Vía Dutra es responsable de un tráfico de camiones que mueve buena parte del PIB brasileño. La concesionaria que administra la autopista invertirá casi R$ 15 mil millones en los 30 años de renovación de la concesión.

En el sector público, según el periódico Estado de S. Paulo, los especialistas piden inversiones de entre 25.000 y 30.000 millones de reales en proyectos prioritarios de infraestructuras. Los más optimistas hablan de inversiones públicas de hasta 100.000 millones de reales hasta 2023. Y habría tres frentes para buscar financiación: el PEC de transición, las enmiendas parlamentarias a los Presupuestos de 2023 y una propuesta de enmienda constitucional que revierta los fondos recaudados en las subastas en el ámbito del transporte para su reinversión en el propio segmento.

Según Roberto Guimarães, director de planificación y economía de la Asociación Brasileña de Infraestructura e Industrias Básicas (Abdib), la iniciativa de invertir en infraestructura es viable y es posible cambiar las reglas de tope de gastos con responsabilidad fiscal, reduciendo los gastos del gobierno y aumentando las inversiones. Guimarães también apuesta por las asociaciones público-privadas (APP) como solución, según la entrevista que concedió a la web de BN Américas.

Este es también nuestro punto de vista: reforzamos la importancia de las inversiones privadas -que esperamos que crezcan- y enfatizamos la participación pública en infraestructura, siempre responsable y manteniendo el dinamismo que hemos visto en los últimos cuatro años, con un Ministerio de Infraestructura muy posicionado a favor del país.