Obras públicas paralizan en casi todo Brasil

Esta semana el gobierno federal de Brasil ha publicado una medida de restricción de recursos para obras de su principal programa de infraestructura, conocido por la sigla PAC (Programa de Aceleración del Crecimiento). La Hacienda del país recortó 32.000 millones de reales, cerca de US$ 11.000 millones del presupuesto del programa.

Los recortes atingieron proyectos que debieron haber iniciado hasta el año pasado, pero que no lograron empezar o fueron dejados sin evolución en alguna etapa, generando una situación de presupuesto no ejecutado que es contabilizado como resto a pagar. De acuerdo con la medida, los proyectos en cuestión pueden tener el dinero desbloqueado si hasta el 30 de junio empiecen o reanuden los trabajos.

Pero esto no es el escenario más probable, porque las constructoras del país en general dependen de acceder a crédito para financiar las obras y así recibir el pago con el cual saldan la deuda correspondiente, pagan sus costos y obtienen lucro con el proyecto. Con la actual situación económica de Brasil, el crédito está más caro y las incertezas con el desempeño del PIB retraen todo el sector.

El resultado de esta y otras medidas del ajuste fiscal del gobierno, asociado todavía no haberse votado en el Congreso el presupuesto federal de 2015, ha hecho que una serie de proyectos de infraestructura en Brasil se hayan paralizado.

Estado tras estado, son cada vez más comunes las noticias de obras no ejecutadas o que se detuvieron durante el proceso. La construcción de un monorriel en Sao Paulo (foto) disminuyó su ritmo y el sindicato de los operarios de la construcción denunció que hubo despidos, sin mencionar números. Lo que sí informó que desde noviembre del año pasado la construcción en el estado de Sao Paulo perdió un total de 25.000 puestos de trabajo.

En el estado de Ceará, al Noreste, donde el ambiente es de casi extremada sequía casi todo el año, una obra hídrica conocida como Cinturón de las Aguas, está paralizada hace cerca de 15 días. Presupuestada en cerca de US$ 521 millones, la obra despidió a cerca de 4.500 trabajadores, de acuerdo al sindicato de la categoría en el estado.