Perú: Abriéndose al mundo

La economía peruana está preparada para otro año de crecimiento en 2011, y las proyecciones futuras son positivas. Mientras la confianza empresarial siga optimista (de cara a la elección presidencial y al próximo cambio de gobierno N.d.E) se mantendrá la inversión como motor del crecimiento. La demanda de materias primas (como cobre, zinc, oro, plomo y molibdeno) por parte de China, junto con la recuperación económica de Estados Unidos y lazos económicos más estrechos con ese país son factores positivos.

Al igual que en gran parte de América Latina, la inflación es una preocupación que podría conducir a un mayor ajuste monetario. Pero mientras la inflación no sea una amenaza, el fuerte crecimiento de la demanda interna, junto con el aumento de los valores de los alimentos y la energía, son una preocupación para la estabilidad. El Banco Central tiene espacio para aumentar las tasas de interés, y la experiencia sugiere que no dudará en hacerlo si considera que existe sobrecalentamiento en la economía nacional.

También se prevé una fuerte inversión extranjera directa. Se espera que ésta continúe y crezca de un estimado de US$5.900 millones en 2010 a US$6.200 millones en 2011, disminuyendo hacia 2012 a US$5.300 millones. De esta forma, la inversión extranjera directa será uno de los principales motores de crecimiento. El Gobierno tiene que recurrir a los mercados internacionales de capital para financiar proyectos sociales y económicos, así como para refinanciar la deuda. Perú espera emitir una deuda externa de hasta US$1.100 millones en 2011.

La inversión fija seguirá liderando la expansión de varios proyectos en infraestructura mientras los sectores de energía y la minería sigan desarrollándose. De hecho, se espera que crezca un 12,7% en 2011, retrocediendo un poco en 2012 con un 11,4%. A largo plazo, la economía peruana debería converger a su potencial, que se estima en 4,5%.

Gasto en construcción

En cuanto al gasto en construcción en relación a infraestructuras, el sector residencial es el líder. Esto es consistente con la demografía sana, el aumento de los ingresos y un sistema de maduración financiera que hace que las hipotecas sean más accesibles.

También se ha estimulado la infraestructura vial. La inversión de Perú en su carretera transcontinental a Brasil está en marcha. El desembolso más reciente en este sentido es la construcción de una nueva carretera de US$135 millones a través de la capital del país, Lima. Tal desarrollo es necesario para que la economía peruana se expanda al ritmo previsto y llevará a que las inversiones en infraestructura crezcan a tasas del 4% o más por año, por lo menos durante la próxima década.

Otra clara necesidad de Perú tiene que ver con el aspecto energético, ya que la demanda de electricidad se espera que crezca en los próximos años desde 6,7 GW hasta 11 GW en 2016. El país satisfará esta necesidad adicionando generación basada en combustibles fósiles y renovables. Siemens está construyendo una planta de ciclo simple de 200 MW cerca de Lima, con una opción de convertirse en una planta de ciclo combinado en una segunda fase. Ésta turbina proveerá energía a gas. Por su parte Luz del Sur construirá una planta hidroeléctrica de 98 MW en el distrito de Macchu Picchu. Más adelante se podrán observar mayores oportunidades al tiempo que la economía peruana continúe dándose cuenta de su potencial.

Por otra parte, los tratados de libre comercio con EE.UU. y la Unión Europea seguirán generando oportunidades para los exportadores peruanos. Para el gobierno, la ratificación del tratado con EE.UU. abre la puerta a un mercado de posibilidades permanentes, poniendo fin a la dependencia de un régimen temporal unilateral. Asimismo, confirma que Perú está en el lado del mercado del 'ajedrez regional', lejos de las posturas más proteccionistas promovidas por Bolivia o Venezuela. El reciente acuerdo con EE.UU. mejorará el acceso a los servicios y los mercados de inversión, reduciendo aún más los obstáculos técnicos al comercio.

Sobre Global Insight

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