Río Magdalena navegable
06 October 2015
El mayor afluente de Colombia, el río Magdalena es una de las principales vías de penetración al interior del continente.
Con una extensión de 1.550 kilómetros y una superficie de aguas poco profundas y llena de sedimentos, el río nace justo en la bifurcación de las cordilleras Central y Oriental de los Andes y en su curso final se abre en delta desembocando en el mar Caribe. Sin embargo, sus características geográficas hacen que la navegación sea sólo permitida hasta Puerto Berrío, cerca de Medellín.
Es por esto que empresas exportadoras usan actualmente congestionadas y estrechas carreteras que con frecuencia quedan bloqueadas por derrumbes, y toman hasta seis días para cubrir los 652 kilómetros entre Barranquilla, en el Mar Caribe y Barrancabermeja, al interior. Asimismo, los conflictos con las Farc hacen que los desplazamientos por carretera sean peligrosos.
El río Magdalena atraviesa a Colombia desde las montañas del suroeste hasta el Océano Atlántico, incluyendo las zonas en donde operan varias industrias que pueden utilizarlo para exportar sus productos a Estados Unidos y Europa. Con esto en mente, el gobierno busca facilitar la ruta y reducir los costos de los fletes y asimismo cambiar la dependencia de la economía colombiana, y empezó una ambiciosa obra de dragado del rio que busca recuperar su navegabilidad como parte de un proyecto con inversiones por US$600 millones.
Las excavaciones dragan las rocas y los sedimentos de las aguas poco profundas, lo que deberá permitir que los barcos de carga puedan navegar un afluente de 900 kilómetros y facilitar el transporte de petróleo, carbón, acero y otros productos desde Puerto Salgar, cerca de Bogotá, la capital colombiana, hasta Barranquilla, en la costa. Lo que sin duda estimulará la inversión de los fabricantes y productores de materias primas deseosos de cosechar los beneficios del nuevo transporte fluvial después de soportar décadas de costosas, ineficientes y peligrosas carreteras. Los trabajos estarían terminados en seis años.
El Gobierno espera quintuplicar el transporte fluvial, a 10 millones de toneladas anuales para 2029, y que la industria a lo largo de las orillas del río Magdalena impulse el crecimiento de la cuarta mayor economía de América Latina hasta en un punto porcentual al año para ayudar a conquistar nuevos mercados como China.
Aunque el proyecto puede enfrentar la oposición de los poderosos sindicatos de camioneros y de los ambientalistas, con el dragado del río sólo se necesitarían seis días en total para mover la carga, lo que reduciría el tiempo a la mitad.
Además de eso, en un solo viaje se pueden movilizar 7.200 toneladas, que por carretera requeriría un sinfín de camiones. Los ahorros en logística pueden variar entre un 30 y 50%, lo que haría más competitivo a los productos nacionales de exportación. Para las petroleras, por ejemplo, el transporte por el río podría ahorrarles hasta US$13 por barril.
Francisco Probanza, gerente de ventas para Latinoamérica de Erkat, la empresa que suministró los equipos de dragado al consorcio Navelena, conformado por las firmas Odebrecht, de Brasil y Valorcon de Colombia, ganadora del contrato para realizar el proyecto, comenta que los modelos elegidos , la configuración de las excavadoras y el nivel de compresión del material a trabajar han sido siempre en función a las necesidades del proyecto. “En este caso también hemos tenido que tener en cuenta que es un trabajo submarino, para tener la suficiente potencia para fresar la roca base del río Magdalena”.