Un escenario complejo

28 November 2013

Hace algunos años producto de la crisis financiera mundial México tambaleó y el futuro se veía color hormiga, y si bien 2012 fue un ejercicio con índices alentadores y las expectativas para el presente año eran positivas, la realidad es todavía algo compleja.

La economía azteca registró durante el primer semestre de este año una fuerte desaceleración y el PIB sólo creció un 1%, frente al 4,4% del mismo periodo del año anterior. De hecho, el gobierno de Enrique Peña Nieto tiene previsto que el año concluya con un aumento del 1,7%, muy inferior al inicialmente planteado que se acercaba al 3,5%.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el sector de la construcción en México creció 3,3% y aportó a la economía el 6,2% en 2012.

Pero si bien el resultado se lee positivo, ya durante el segundo semestre del año pasado se habían presentado los primeros signos de desaceleración en el país, la que fue particularmente notoria en el sector industrial, como reflejo, principalmente, de una disminución en el ritmo de crecimiento del sector manufacturero y de la construcción. La actividad de la industria mantuvo un comportamiento relativamente estable hasta el tercer trimestre del año pasado, sin embargo el último periodo estuvo marcado por un fuerte descenso que se ha manifestado hasta el primer semestre de 2013.

La construcción acumula tres trimestres consecutivos a la baja: en los últimos tres meses de 2012 cayó un 1,0% a tasa anual, en el periodo de enero-marzo la caída fue de un 2,3% y durante el trimestre posterior registró un retroceso del 2,7%.

Esta acentuada fase recesiva experimentada por la construcción en el primer semestre de este año provocó que el PIB Industrial tuviera un magro crecimiento del 0,3% en el segundo trimestre a tasa anual, cifra que contrasta con el repunte de 4,1% del mismo periodo de 2012.

La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) ya ha expresado su preocupación por la pérdida de 500.000 empleos directos e indirectos, aunque las expectativas son optimistas para el próximo año y se espera un crecimiento del 3,5% y la generación de 800.000 empleos.

"La construcción sigue reflejando una gran debilidad en la edificación de viviendas y en el gasto público en infraestructura; no obstante, prevemos que estos rubros deben empezar a aumentar gradualmente en el corto plazo", comentó el coordinador de Estudios Económicos de Banamex, Eduardo González, en un reporte de la entidad.

PLAN DE INFRAESTRUCTURA

Las razones para la desaceleración mexicana pueden ser diversas y con distintos matices. Pero uno de los más importantes es el rezago en la ejecución del gasto público, que está impactando al sector de la construcción, y el otro, también significativo, es la menor demanda de productos locales desde Estados Unidos.

En este sentido la noticia del plan de infraestructura para el sector de transporte y telecomunicaciones que contempla inversiones por cerca de US$100.000 millones durante la administración de Peña Nieto (2013-2018) viene a dar una luz de optimismo en este escenario (el 45,4% de este monto se dedicaría a infraestructura y transporte y el resto a comunicaciones). Según lo señalado por el mismo mandatario, si se consideran las inversiones planeadas por la petrolera estatal Pemex y otras empresas de servicios públicos como la Comisión Federal de Electricidad, el gasto en infraestructura llegaría a los US$314.160 millones.

A mediados de año Peña Nieto dio a conocer el “Programa de Inversiones en Infraestructura de Transporte y Comunicaciones 2013-2018”, el que considera la ampliación y conservación de la red carretera federal; la construcción y modernización de caminos, puentes, ferrocarriles, puertos y aeropuertos; el establecimiento de una rectoría de sistemas de transporte que mejore la movilidad urbana, reduzca los tiempos de traslado, abarate los costos logísticos, mejore la seguridad de los usuarios y amplíe la cobertura social en telecomunicaciones.

"No hay la suficiente congruencia en el nivel de infraestructura que tiene nuestro país con el nivel que tiene nuestra competitividad", dijo Peña Nieto en la presentación del programa de inversiones.

De hecho, los retos de México en la materia son notables. De acuerdo con el Foro Económico Mundial, el país azteca está en el puesto 68 de 144 países en relación a la competitividad de su infraestructura, por debajo de países como Barbados (22), Panamá (37), Chile (45), Uruguay (49) y Trinidad y Tobago (55).

De acuerdo al mismo indicador, ocupa el lugar 50 en carreteras, 60 en ferrocarriles, 64 en puertos y aeropuertos. De hecho, por su desempeño logístico, es decir, por su capacidad para asegurar el tránsito rápido, seguro y a menor costo de personas y mercancías, ocupa el sitio 47 de 155 países, según el índice respectivo elaborado en 2012 por el Banco Mundial.

Los indicadores son preocupantes si se considera que la infraestructura es uno de los principales medios para generar desarrollo y crecimiento económico y con ello elevar el nivel de bienestar de las sociedades de un país y del mundo. Pero como se puede observar, la infraestructura demanda grandes cantidades de recursos, y en ocasiones el impacto sobre los niveles de crecimiento y desarrollo es de mediano y largo plazo, por lo que es importante que los gobiernos se comprometan a ella.

Esta es una de las principales críticas que realiza la CMIC, quien en su documento “Retos de la Infraestructura en México, 2013-2018” advierte que “hasta ahora, todo se ha proyectado con una visión de corto plazo, que se ha limitado a tratar de solucionar las coyunturas; de ahí la importancia de emprender proyectos de gran visión y largo alcance en infraestructura para el país; así como reformas estructurales que sean capaces de detonar las políticas industriales, fiscales y sociales”.

DESAFÍOS Y AMBICIONES

La CMIC ha elaborado un listado de problemáticas que enfrenta la industria y que al final llevan a un desarrollo de la infraestructura menor al necesario.

Según la agrupación gremial, una de las principales fallas es la falta planificación a largo plazo, así como la inexistencia de un banco de proyectos ejecutivos; el tiempo excesivo requerido para la autorización de movimientos presupuestarios, y para la obtención del registro en la cartera de proyectos, proyectos ejecutivos incompletos y falta de presupuesto para los mismos, bases de licitación con exceso de requisitos, riesgos mal distribuidos y discrecionalidad, entre muchos otros factores.

Para mejorar los niveles de inversión en construcción de infraestructura la Cámara propone una serie de pasos que se deben seguir, como reinstalar el Consejo Nacional de Infraestructura y establecer una Coordinación de Proyectos; reestructurar la banca de desarrollo, creando un macro normativo que promocione la inversión, con instrumentos financieros que faciliten el crédito y con tasas competitivas, entre otras cosas. “Es necesario readecuar el marco jurídico para convertirlo en promotor y facilitador a la inversión”, resume la CMIC en el documento.

Según el organismo, de llevarse a cabo las propuestas planteadas los niveles de inversión en infraestructura impulsarían a México a situarse entre las primeras economías a nivel mundial por la calidad de su infraestructura hacia 2020.

No obstante, los recursos necesarios son cuantiosos. La entidad propone inversiones por cerca de 20,9 billones de pesos (algo más de USD1,6 billones) entre 2013 y 2018, de los cuales 7,3 billones (unos USD570.000 millones) deberían ser desembolsados por el sector público.

Con los niveles de inversión proyectados por la CMIC, la inversión pública federal en 2018 alcanzaría un 8,2% del PIB, mientras que la inversión privada, dinamizada por los esquemas APP’s, representará alrededor del 12,6% del PIB.

Atrayendo a China

El titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes de México, Gerardo Ruiz Esparza, viajó a China a presentar su Programa de Inversiones en Infraestructura de Transporte y Comunicaciones 2013-2018 y se reunió con el consejero de Estado para Asuntos Exteriores de ese país, Yang Jiechi,

Ruiz Esparza sostuvo además reuniones con el presidente del Consejo de Administración y director general del China Investment Corporation (CIC), Ding Xuedong, y con el titular del Consejo de Administración del Banco de Desarrollo de China, Hu Huaibang.

Odebrecht anuncia inversión de US$ 8.100 millones en México

La constructora brasileña Odebrecht celebró un acuerdo con el presidente de México, Enrique Peña Nieto, para realizar inversiones que sumarán un total de US$ 8.100 millones en proyectos de energía e infraestructura en el país por los próximos cinco años.

El acuerdo se hizo luego de un encuentro del presidente mexicano con el CEO de la empresa brasileña, Marcelo Odebrecht. La constructora quiere dirigir la inversión hacia los sectores de petroquímica, hidroelectricidad y alcantarillado, además de participar en iniciativas de energía por biomasa y en concesiones de carreteras.

Del monto anunciado, US$ 1.800 millones ya fueron invertidos, de acuerdo con un comunicado oficial de la Presidencia de México.

Peña Nieto es el presidente de México desde el pasado diciembre. Desde ese entonces, él ha hecho modificaciones legales que podrán abrir más el sector de energía del país a la inversión privada.

Odebrecht desarrolla negocios en infraestructura, bienes raíces, petróleo y gas, energía y agricultura. Sus ingresos en el año 2012 fueron de US$ 41.300 millones.

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