Volvo sigue firme

A principios de abril, en su conferencia anual con los medios de comunicación, Volvo Construction Equipment Latin America reunió a la prensa brasileña e internacional en São Paulo, Brasil. Con el principal mercado de la región todavía en un proceso de lenta recuperación y con un escenario de altibajos por todo el resto de América Latina, el mensaje principal de la marca sueca de equipos de construcción fue uno de resistencia.

Sería tremendamente ingenuo celebrar avances en un sector donde las caídas de producción y venta son impresionantes. En su presentación, el presidente de Volvo CE en la región, Afrânio Chueire, describió, con crudos números, la realidad del mercado latinoamericano de maquinaria en los últimos años.

Luego de un peak de cerca de 25.000 equipos vendidos por año en Brasil en los ejercicios de 2012 y 2013, la mayor economía de la región adquirió sólo cerca de 8.000 unidades el año pasado. Los países hispanoparlantes, por su parte, vivieron un peak de 22.000 máquinas esos años, y ahora suman una demanda de 14.000 máquinas en su totalidad.

Con su habitual visión estratégica, Chueire presentó una expectativa de ventas promedio que puede consolidarse en los años venideros. El ejecutivo cree que el retrato ideal del mercado brasileño estará entre 15.000 y 20.000 unidades vendidas al año, número que se repetiría en lo que es el mercado de los países hispanos en su conjunto, cuando alcancen su estabilidad.

Participación

Sin embargo, Volvo CE tiene un logro efectivo en América Latina, al haber mantenido intacta su participación de mercado durante 2016 en un 13,8%. Este número envuelve ventas de cargadoras, excavadoras y camiones articulados de sus dos marcas, Volvo y SDLG.

Considerando las dos marcas de equipos y los mismos tipos de máquina, la compañía también ha visto crecer su participación en Brasil, desde un 15,8% en 2015 hasta un 16,8% en 2016. Mientras tanto, en los países de habla hispana, tomados en conjunto, se registró una ligera caída en la participación, desde un 11,8% en 2015 a un 11,1% en 2016.

La lectura de dichos datos sugiere una cierta contradicción, pues creció  su participación en una economía virtualmente parada (Brasil), y disminuyó en un conjunto de mercados donde sí hubo puntos importantes de dinamismo. La interpretación aclaratoria la dio el mismo Afrânio Chueire  basándose en las fluctuaciones características del mercado de máquinas pesadas para explicarlo.

“Hubo grandes proyectos donde hemos participado con altos números de unidades, como por ejemplo la obra del metro de Santiago de Chile, que no se repitieron en 2016”, afirmó. En tanto, la agricultura brasileña, prácticamente único sector donde hay una pujante actividad, sigue adoptando los equipos de fácil mantenimiento de SDLG, lo que explica el alza experimentada en el país.

Ya se cumplen casi diez años desde que SDLG entró al mercado latinoamericano en 2009, y desde ese entonces ha invertido en aumento de oferta, que hoy se compone de cargadoras, excavadoras, motoniveladoras y rodillos compactadores. “Nosotros cambiamos el concepto de un segmento de mercado, que llamamos simple tech. Este segmento pasó a tener acceso a repuestos y una red de atención que es la misma de Volvo”, dice Chueire sobre la entrada de SDLG en la región. 

En su charla, el presidente de Volvo CE Latin America también destacó la importancia que mercados generalmente menos considerados tienen para la marca, como Bolivia, Paraguay o Panamá.