Crecimiento eléctrico

Establecida en 1994, la ecuatoriana SANTOS CMI ha experimentado un crecimiento sostenido desde hace 20 años, el que se ha visto reflejado en tres dimensiones: de dispersión geográfica, con presencia en 18 países de la región; de giro, pasando de ser sólo una constructora a participar en todas las etapas de una obra, lo que se conoce como EPC (ingeniería, procura y construcción, por su sigla en inglés); y de volumen, con ingresos durante 2013 de US$146 millones, siendo la única contratista ecuatoriana incluida en el ranking CLA50, publicado en la edición pasada de Construcción Latinoamericana.

El foco de la compañía es claro y su especialización ha ido de la mano con los sectores de generación eléctrica, petróleo y gas. De hecho, la capacidad de generación que ha instalado la empresa bordea los 8.500 MW. Y está en aumento, operando en proyectos que sumarán más de 1.885 MW.

Según comenta Pablo Moysam, vicepresidente comercial de la compañía, 2014 ha sido un año exitoso que hoy tiene a SANTOS CMI inmersa en una serie de proyectos energéticos. Este año la empresa volvió a Guatemala, donde ya había construido una central de 165 MW para Duke Energy y ahora el desafío viene de la mano de un proyecto térmico a carbón, de 300 MW, para Ashmore Energy.

En Chile, en tanto, donde la empresa ya ha ejecutado proyectos eléctricos como la turbina de 100 MW en Los Pinos de Colbún o la co-generadora de 42 MW de Minera Collahuasi, la empresa recientemente ganó un contrato de EPC para una cogeneración industrial de la empresa papelera CMPC, en su planta de productos tissue en Talagante, Santiago, donde se instalará una turbina Solar Titan 250 de 25 MW.

Por su parte, en Perú SANTOS CMI trabaja en el contrato llave en mano de Mollendo, central de 600 MW de IC Power. Cabe destacar que este proyecto lo está trabajando en consorcio con POSCO E&C, empresa que adquirió a SANTOS CMI en 2011 y que según Moysam “trajo un gran soporte financiero y operacional para nuestro crecimiento en los últimos años y significa un mayor respaldo a nuestros clientes en la región”.

La empresa también ha incursionado en Brasil, donde ya ha instalado 1.420 MW y donde cuenta con varios contratos con la siderúrgica CSP para construir diferentes paquetes en la nueva planta integrada que se erige cerca de Fortaleza, incluyendo una central de cogeneración de 200 MW.

En Uruguay fue contratada por Hyundai Engineering para construir todos los edificios de la central a ciclo combinado de 450 MW en Punta del Tigre, incluyendo el edificio de la turbina de vapor.

Finalmente, en Ecuador, SANTOS CMI presta varios servicios de ingeniería a la empresa pública Petroamazonas y actualmente es responsable, en consorcio con la rusa InterRAO, por el diseño de la expansión y cierre de ciclo combinado de la central a gas Termogas Machala, cuya capacidad final será de 310 MW.

¿Cuánto implica el ámbito eléctrico para SANTOS CMI?

El sector eléctrico ocupa el 80% del negocio, con una alta diversificación geográfica y una amplia experiencia en tecnologías y combustibles, que van desde turbinas a gas, turbinas a vapor, calderos convencionales, calderos de recuperación, motores reciprocantes, cogeneraciones, parques eólicos e hidroeléctricas. En las centrales térmicas hemos trabajado con carbón, diésel, gas natural, gas asociado, HFO, biomasa y crudo.

El sector petróleo y gas representa la mayoría del remanente de nuestra operación con significativa experiencia en proyectos upstream, incluyendo well pads, facilidades de producción de crudo, plantas de procesamiento de gas natural, ductos y estaciones de compresión y bombeo.

En proyectos downstream, la compañía ha ejecutado obras en refinerías, unidades petroquímicas, terminales de almacenamiento y distribución de gas y líquidos.

¿Cómo ha sido el proceso de internacionalización?

Nuestro primer proyecto internacional fue en 1997 en Centro América. En los años siguientes fuimos replicando el éxito en países como Brasil, Bolivia y Panamá.

Gracias a una sólida reputación en el mercado, basada en nuestro nivel de especialización y en alianzas estratégicas con proveedores tecnológicos, en esta última década nos hemos expandido a 18 países de la región: México, Guatemala, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Panamá, República Dominicana, Islas Vírgenes, Bahamas, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Argentina, Uruguay y Brasil.

Continuamente estamos evaluando proyectos en todos estos países y somos requeridos tanto por operadores locales como por la matriz de multinacionales que nos invitan a participar de sus desarrollos.

Cabe destacar que además mantenemos oficinas permanentes en Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador y EEUU. En Houston, Texas, operamos una oficina de gestión de compras desde 2001, desde la cual proveemos de equipos de proceso y materiales para nuestros proyectos en América Latina.

¿Cómo analiza la situación actual de cada país?

En el segmento de infraestructura los ciclos son muy comunes, ya sea por aspectos estacionales, políticos o macroeconómicos.

Aunque Brasil estaría dando ciertas señales de desaceleración en algunas áreas, hay una importante cartera de proyectos eólicos que continúa liderando las iniciativas de la región, mientras que eventos como las Olimpiadas del 2016 y el continuo crecimiento del país, empujan la demanda por nuevos emprendimientos térmicos.

Cabe recordar que SANTOS CMI construyó más de 1.200 MW durante el Programa Prioritario de Térmicas del presidente Fernando Henrique Cardoso, apenas una porción de la capacidad que se instaló en esos años, pero un claro ejemplo de los resultados que puede generar este país.

Uruguay, por su parte, ha tenido desarrollos interesantes en el área de energías renovables, algunas veces en asociaciones público privadas; el Gobierno le pone bastante énfasis a la eficiencia energética y el terminal de regasificación flotante cambiará sin duda la matriz energética.

México debería experimentar una ola de inversiones privadas a raíz de la Reforma Energética, y también como una reacción de la Comisión Federal de Electricidad por modernizar su flota y emprender nuevos proyectos. El Gobierno debería tomar esta oportunidad para introducir mejoras en el sistema y reforzar su oferta en el mercado. La cartera de proyectos incluirá grandes centrales de ciclo combinado, pero también cogeneraciones industriales y generación distribuida.

Centro América tiene apetito por gas natural y planea desarrollos con propano como combustible puente. Mientras tanto sigue apostando al carbón, los motores y energías limpias. Será interesante ver el comportamiento de esos mercados una vez se implemente la interconexión de Panamá con Colombia, de forma que la región tenga acceso a las importantes fuentes de energía hídrica y gasífera colombianas.

Colombia es un mercado natural para nosotros y actualmente estamos siguiendo algunos proyectos que nos interesan y donde podemos ofrecer un valor diferenciado, como ya lo hemos hecho en ese país para empresas como Ecopetrol y Occidental Petroleum, para quienes hemos ejecutado contratos EPC en Barrancabermeja. Actualmente nuestro grupo está construyendo una ampliación de la central térmica Termosuria operada por Ecopetrol, con una turbina adicional de 32 MW.

En Colombia creemos que hay oportunidades inexploradas en generación termoeléctrica y eólica, como contrapunto a la capacidad hidroeléctrica instalada o en proceso de construcción. Iniciativas de interconexión en 500 kV con Ecuador, donde se construye casi una docena de proyectos hidroeléctricos, deberían ayudar a conseguir ese balance y permitir explotar el potencial del gas natural que tiene el país.

Perú ha establecido un programa sólido en cuanto a generación y distribución eléctrica, de la mano con los desarrollos gasíferos e hidráulicos y bajo un modelo de concesiones promovidas por la agencia ProInversión. Sin embargo no ha habido suficiente impulso a la exploración y producción de petróleo en la Amazonía y costa afuera, para lo que el Gobierno debe invertir también a través de PeruPetro en prospección que brinde datos y confianza al inversionista.

Chile es un caso interesante en el que se conjuga una demanda sostenida con falta de recursos naturales, especialmente en las regiones de mayor consumo, pero bajo un escenario de estricta regulación y fuerte oposición de sectores ambientalistas. Las condiciones de mercado siguen siendo atractivas para los operadores privados, pero es evidente que el Gobierno necesita balancear las expectativas de la comunidad ambientalista con las necesidades nacionales, fortaleciendo también al segmento industrial en cuanto a cogeneraciones eficientes y energía distribuida se refiere.

Y Latinoamérica como un todo…

SANTOS CMI tiene la ventaja de contar con una visión muy completa del mercado latinoamericano, bien como una red de recursos regionales que usamos en nuestros proyectos en combinación con mano de obra y profesionales locales.

Vemos con frecuencia que ciertos países atraviesan fases de crecimiento o de recuperación que presentan el desafío de tener varios proyectos grandes y concurrentes, que disputan los recursos locales, a veces sofocando a los contratistas nacionales.

Nosotros apostamos con prioridad a la mano de obra local y hoy integran nuestras filas de staff permanente nacionales de Argentina, Colombia, Venezuela, Costa Rica, Guatemala, Chile y Ecuador. Pero cuando es necesario, tenemos la capacidad de movilizar especialistas de otros países y así no afectar el cronograma de la obra por escasez de recursos locales.

Nos sentimos en casa en todos los países de la región y hemos aprendido a valorar las culturas y diversidades de cada nación que, aunque compartimos un mismo idioma (excepto Brasil), hay peculiaridades que distinguen a cada pueblo. Esto se evidencia en la fuerza laboral, que presenta diferentes productividades, estilos de trabajo y costumbres. A esto se suma la complejidad de cada legislación laboral y tributaria, lo que vuelve al negocio muy dinámico y un constante aprendizaje.