Hora de recuperarse

14 June 2018

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Paulo Camillo Penna es el nuevo presidente de la Asociación Brasileña de Cemento Portland, la histórica ABCP. Al asumir esta posición, junto con la presidencia del Sindicato Nacional de la Industria de Cemento del país, el ejecutivo se vuelve una persona de suma importancia para el anhelado momento de repunte en el mercado de cemento de la mayor economía de América Latina.

Al aceptar recibir a Concreto Latinoamericano para una entrevista exclusiva en la sede de ABCP en São Paulo, Paulo Camillo fue abierto y conversador, buscando entregar un panorama completo que ayude a comprender el estado actual de esta industria. Una industria que, a la vez que cumple un papel esencial para el desarrollo de Brasil, está severamente afectada por la crisis económica que derrumbó los números de la construcción en el país.

La recuperación económica depende de muchos factores, pero lo cierto es que la persona que está al liderazgo del cemento brasileño es parte fundamental y contribuye de manera decisiva.

Números

El presidente de ABCP basa sus argumentos en la historia de la industria. “Entre 2004 y 2014, Brasil vivió su período más exuberante para la industria de cemento. Doblamos nuestra demanda de 35 millones de toneladas anuales al récord histórico de 71 millones en 2014. Pasamos a ser el cuarto mayor consumidor de cemento en el mundo, superados sólo por Estados Unidos, India y China. En el período se construyeron 40 nuevas fábricas de cemento, pasando de una capacidad de producción de 60 millones de toneladas a 90 millones”, cuenta.

“Poco antes de la crisis, nuevas fábricas habían iniciado su construcción, por ende, en 2014 incorporamos 10 millones de toneladas más a la capacidad en plena crisis. Entonces, con una capacidad de 100 millones de toneladas al año, tuvimos en 2015 una caída del 9,5%, en 2016 caímos otro 12%, y en 2017 hubo una nueva caída de un 6,7%. Hoy, tenemos un 47% de capacidad ociosa, lo que de ninguna manera nos enorgullece”, dice.

La luz al fin del túnel está visible en 2018. La expectativa de Paulo Camillo es volver a cifras azules este año, con un crecimiento estimado entre el 1% y 2%.

“Esto será un enorme esfuerzo que no ocurre en función de la infraestructura, sino que se relaciona con la construcción comercial y residencial. Es interesante señalar que, en su mejor momento en este siglo, el 25% de la producción de la industria cementera de Brasil se destinó a la infraestructura y el 75% restante a las edificaciones. Hoy estamos con un 90% en las edificaciones, y gracias a ellas se está frenando la caída”, aclara Camillo.

Aunque hipotéticamente el mercado de grandes obras de infraestructura diera un fuerte rebote en Brasil, el principal ejecutivo cementero del país no cree que el sector absorba un porcentaje mucho mayor al antes existente. “Me arriesgaría a decir que con un programa de infraestructura que realmente atendiera las necesidades, podría haber un equilibrio entre los dos segmentos de mercado. Hay que considerar que una gran hidroeléctrica consume 700.000 toneladas de cemento; un estadio de fútbol consume 100.000 toneladas. Pero estamos hablando de un país que en 2014 produjo 71 millones de toneladas. Yo diría que una fue una ‘atomización’ de obras, con programas de vivienda social, muchas pequeñas obras públicas y la construcción de edificios lo que generó el crecimiento de esta industria en los últimos años”.

Prioridades

La gestión de Paulo Camillo Penna en ABCP estará marcada por un esfuerzo de recuperación. El punto positivo es que la industria cementera de Brasil está, hoy en día, en línea con los mayores avances en el mundo.

De las 100 fábricas instaladas en el país, sólo una sigue funcionando por vía húmeda (método antiguo que inserta clínker húmedo al horno, generando más consumo de energía en su molienda). Pero la industria tiene hoy 13 plantas totalmente paradas. De ellas, seis están en el estado de São Paulo, principal centro consumidor de cemento.

La contribución de ABCP para que este mercado se reactive es, entre otras, seguir con las capacitaciones de profesionales y desarrollar lo que Paulo Camillo Penna llama “ecosistemas de la cadena productiva”.

“Esta estructuración de ecosistemas de la cadena productiva, ahora transformadas en plataformas digitales, sigue y será incrementada, con proyectos como Comunidad de la Construcción, el Grupo Muros de Hormigón, el proyecto Vías Concretas, el proyecto Soluciones para las Ciudades, y otros. Sin dejar de lado ninguno de estos aspectos, merecerá especial atención el sector vial, lo que supone todo el pavimento urbano de calles y veredas, como también la construcción de carreteras”, dice.

El trabajo institucional de ABCP a lo largo de los años en favor de la opción por pavimentar con hormigón viene dando buenos resultados. En Brasil el porcentaje de vías pavimentadas se acerca al 12%, lo que ha hecho subir el porcentaje de utilización de concreto en este conjunto de un 2% a un 4% en los últimos años.

“Para un país que tiene en el transporte carretero de commodities una de sus grandes fuentes de riqueza, no nos parece adecuado tener una hegemonía tan pronunciada de la pavimentación asfáltica. Existe una vocación para cada modelo de pavimento, pero hoy esto está desequilibrado”, afirma Camillo.

De acuerdo con el ejecutivo el trabajo es más complejo que sólo demostrar ventajas. Como representante del sector, Paulo Camillo está en constante diálogo con el Senado Federal para que se vote el cambio a la ley general de licitaciones. La idea es que la ley considere no sólo el costo de implementación, sino que también el de mantenimiento. “Se sabe que una carretera asfáltica necesita mantenimiento en cinco años, mientras el concreto durará 20 años antes de mantenimientos”, recuerda.

Medio ambiente

Otro punto fundamental de su gestión será el de las emisiones de gases por la industria cementera. En promedio, las cementeras emiten un 5% de todo el CO2 lanzado a la atmósfera cada año. Las empresas de Brasil, debido a sus prácticas de sustitución energética, tiene sólo un 2,6% de las emisiones, en una comparación proporcional.

“Esto habla de una alta ecoeficiencia”, dice Camillo. El ejecutivo informó que ABCP viene trabajando en el Cement Roadmap, iniciativa mundial de reducción de emisiones basada en cuatro pilares: captura de carbono, sustitución energética del clínker por combustibles alternativos, aditivos para cemento, y eficiencia energética.

Para dar base a una producción de cemento aún más correcta, la ABCP está trabajando para modificar la norma del cemento portland de Brasil, a fin de permitir nuevos elementos que reduzcan aún más la utilización de clínker en la composición del principal insumo del concreto.

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